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jueves, 13 de octubre de 2011

Art saves me...



Describir esto es difícil, ya que se supone que cuando uno describe algo, es para que otros lo entiendan. Y personalmente creo que nadie, pero nadie, podría entender lo que siento, pero haré el intento...

Es una sensación indescriptible, el tener entre mis manos el carbón.
Estirar el papel en mi mesa de dibujo, adherirlo con masking tape y comenzar a crear trazos, sin importar su dirección.

No se piensa en nada, la mente cae en un vacío blanco, profundo, suave, acogedor, y conocido.

La música no se oye, porque es tanto lo que me absorbo en esto, que no me preocupa ni la más mínima cosa, ruido o molestia. Soy sólo yo el papel, el carboncillo y algo de incienso que logro advertir.

Cuando me dispongo a dibujar o pintar no tengo ni una idea previa, sólo dejo que mis manos se conecten con lo más profundo que en ese momento siento, y dejo que todo fluya. Es algo tan mágico, lo único que sé le parece es escribir y ni aún así, ya que cuando escribo razono y se que escribiré, el dibujo es distinto ni yo sé en que mundo terminaré. En algún campo, en algún bosque o en la cabeza de algún hombre sombrío y enfermo. 

Soundtrack
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