Hoy leí por ahí, que dentro de los mismos problemas que a uno le aquejan, están la o las soluciones…
Más vale que así sea, ya que esta falta de motivación, la que últimamente envuelve cada ápice de mi mente y cuerpo me exaspera. Y lamentablemente, aunque ya no, la deseo más, me cuesta trabajo sacarla de mí, al igual que las suaves y dulces sabanas que me cobijan por las noches.
Ahora a tratar de dormir. Escuchando alguna de esas canciones que suelo dejar reproduciendo por las noches, aspirando mi incienso favorito, y pensando en cómo solucionar mis problemas, que por muy subestimados sean, son agobiantes para mi…
Muchas veces trato de asimilar y comprender que y como es mi horizonte. Y en estas ocasiones, se me hace algo difícil, ya que no tengo la claridad exacta para definirlo.
Tengo muchas cosas en mente, muchas preocupaciones y esto no me ayuda para nada, en decidir cuál debe ser mi camino.
Odio esto, porque me hace sentir; inmadura, frágil e insegura de mis capacidades.
También está la desmotivación, que por algún motivo tocó mi puerta y ahora me es, muy difícil hacer que desaloje mi mente y mi cuerpo.
Todo esto genera en mí, una inestabilidad de proporciones y no solo racional, sino que, de igual manera afecta mis sentimientos. Soy tan sensible para mis cosas, que al más mínimo desequilibrio, quedo a la deriva, dentro de mis pensamientos, inquietudes y reflexiones.
Es increíble que a estas alturas, yo, sea tan inestable, se supone que con todo lo que me a tocado vivir, ya debería ser más decidida y tener más valor para mis cosas, pero aún me siento como presa, de entre los lobos, hambrientos por desgarrar cada parte de mi cuerpo.
Lo que puedo sacar en limpio de todo esto, es que por lo menos, tengo la capacidad de ver estas debilidades. Y de esta manera, (con un poco de perseverancia por parte mía), madurar al respecto y así mejorar, en estos aspectos que tanto me aquejan a la hora de ir a dormir.
Creo que este proceso interno se llama “madurar”. Espero que así sea.
Muchas veces a lo largo de la vida, uno puede advertir muchísimos tipos de gente o amistades.
Y hoy, precisamente me puse a pensar en esto, a causa de un hecho de importancia menor. Pero eso no es lo importante. Aunque quisiera acotar que ya me he encontrado conversando con alguna persona sobre esto, y no es mucho lo que puedo sacar en limpio, más de lo que ya sé.
Hay distintos tipos de amistades.
Las más común creo es la amistad por conveniencia. Es esa amistad que nace de verdad, pero que con el paso del tiempo, se vuelve algo interesada en lo que le puedas brindar. Aunque pensándolo bien, no sólo se crea, sino que hay veces en que también se hacen tus amigos (as), para luego sacar un provecho. Es triste eso, ya que uno trata de ser una persona limpia y de verdad y esto lamentablemente te desilusiona y como dice el dicho: “No esperes nada de nadie”. Y al parecer es lo más acertado, es la mejor manera de no desilusionarse de nadie, en especial de quien ha confiado o entregado tu amistad incondicional.
También están los amigos del ayer. Amigos que crees siempre lo fueron y eran sólo por el tiempo en que algo en común los ataba, y que con el paso del tiempo, te llegas a dar cuenta que nada es para siempre.
Ahora existen muy frecuentemente los amigos del carrete, amigos que sólo puedes encontrar, un sábado, viernes por la noche o incluso en la semana, pero sólo están disponibles para la locura y demencia. Te apoyan en todo lo que desees hacer, desde el alcohol, las drogas, sexo, escapadas y otras locuras que es mejor no nombrar, y de las cuales estoy segura, que más de alguno sabrá reconocer.
Y están los amigos, que llegan a tu vida y no se van jamás. Esos en los cuales puedes contar siempre, para tus penas alegrías, que nunca pensaron en sacar algún provecho de ti, los cuales siempre fueron sinceros y no andan con cosas turbias. Aquellos con los cuales cuentas para tus problemas e introspecciones personales. Y otra cosa muy importante. Es muy probable que casi nunca pelees con ellos, no hay motivo, por que la relación es tan verdadera y transparente, que no hay motivos de pelea alguna, muchas veces, me doy cuenta por este punto, quienes son en verdad mis amigos, y es que con mis verdaderos amigos, es muy difícil que pelee gravemente, ya que con ellos converso las cosas y las arreglo hablando sin enojarme sin caer en la estupidez del mañana lo arreglo, con ellos es fácil entablar una conversación y arreglar las cosas. Ya que ellos están dispuestos a solucionar cualquier aspereza de inmediato, ya que en verdad se preocupan por tu amistad.
Lamentablemente hoy mientras escribía esto, tuve una pelea con quién, se supone es mi amiga especial. Y no logro entender porque siempre hay alguna cosa por la cual, debamos conversar seriamente, o alguna cagada que yo haya echo, me da tanta pena darme cuenta de que, quién se supone es mi amiga incondicional, siempre tenga un motivo para discutir, hay veces en que siento que si se arregla conmigo es porque de algo le puedo servir y no porque en verdad me necesite como amiga. No sé que deba sentir y pensar sobre esto pero nunca me había pasado con mis amigas de verdad. Ni con mi Verito, ni la Pía, ni la Caro o la Cottoo. Se supone que ella es especial para mí pero muchas veces me desilusionó de nuestra amistad.
Pero eso es otro cuento, no era por esto, que me puse a escribir. La idea principal era descifrar quiénes son tus amigos y quiénes muchas veces son sólo amigos por el momento y otros amigos de la vida, amigos que estarán siempre ¿y como lo llegas a saber? No necesitas nada para saberlo, es algo que está ahí siempre, y no necesita recordártelo cada cierto tiempo, ya que los mismos años de amistad te lo demuestran.
Ahora sólo queda analizar mucho las amistades, para no desilusionarse, y no caer en ser un mal amigo, ya que la amistad es algo para valorar, cuidar y respetar. Por sobre todas las cosas, pase lo que pase, aunque tú o tu amigo en cuestión, comentan errores, si en verdad son amigos, eso sólo llegará a ser un capitulo, que no tendrá mayor importancia en la hermosa historia creada por ustedes, llamada, “Amistad”.
