He encontrado una nueva inspiración para escribir. Ahora cuando me dispongo a escribir, no pienso en mis problemas, en mis encrucijadas, en mis cuestionamientos internos. lo hago pensando en sabanas suaves, noches silenciosas, respiraciones agotadas, miradas intencionadas, piel, cuerpo, hambre de sentir, hambre de tocar, besar, contemplar.
Noches silenciosas en donde el porvenir del resto del mundo no interesa ya. En donde no existen las preguntas, ni las respuestas, sólo ocurren las cosas y lo que ocurre está bien, es grato, es suave, dulce y excitante.
No es necesaria la música, colores, ni palabras, acá sólo cuenta el sentir, el tacto es lo primordial en esta trampa de hilos de algodón.
Sentir es grato, sentir tu piel, tu mirada, incluso las dudas y análisis egoístas. Todo esto sirve, aunque sea para ayudarme a escribir.
No escribo cartas de amor, escribo lo que en el preciso momento siento. Las dudas, las reflexiones, los suspiros de tres noches, las miradas que no terminan nunca, esos "Hola" y "Buenas noches", tan agradables. esos ¿Como estas?, me acorde de ti durante el día, o el saber de tu resumen del día, todo es agradable.
El saber que todo es inestable también es agradable, me gusta el suspenso, al igual que en las películas de las cuales hablamos por las noches.
El que no sientas esa pasión por el Blues como yo lo hago. Pero que sin embargo, los dos podemos pasar horas y horas, escuchando y hablando de música, de nuestros casi iguales gustos.
Los cigarrillos consumidos mientras te hablo o acaricio, son los mismos que inhalo cuando escribo por las noches, sintiendo el exquisito aroma de los inciensos que prendo para sentirme a gusto.
El frío que se hace presente, cuando ya son las tres de la madrugada y yo en mi cama, rodeada de frías sabanas, las cuales no han tenido el placer de cobijarnos en esas noches, como las tuyas lo han hecho.
El ritmo lento y melancólico, de una agradable canción llamada "Time Makes Two" que suena una y otra vez en mis sensibles y caprichosos oídos.
Esta canción que con su melancolía, me recuerda el color de tu cuerpo, el dulzor de tus besos, el temblor de tus manos nerviosas, al tocar cada centímetro de mi piel.
El nudo en la garganta, que se formula al darme cuenta que al terminar lo indescriptible, siento que reconozco algo, y me da pavor sentir nuevamente, ya que mi corazón esta quebrajado y mi mente me hace jugadas mal intencionadas, sólo para tener inspiración, para así plasmar en hojas de papel blanco, palabras con sabor a amor. El mismo blanco que posee mi alma tendida en este cuerpo deseoso de sentir nuevamente.
Innumerables susurros y suspiros brotan de este lápiz, con el cual dejo registro de lo que me viene a la mente al recordar nuestros cuerpos desnudos, tendidos en la oscuridad, y el ensordecedor silencio de las noches del mes que más me agrada.
Agradable seria sentir esto quizás, QUIZÁS para siempre, aunque ya hay algo para siempre, el recuerdo, la promesa hecha en ese instante, en donde nuestras miradas se encontraron y se ahogaron en un nervioso beso.
Esas manos, las cuales son de las pocas que me gustan, blancas, suaves y reconocibles para mi. Las mismas que me revuelven el pelo, las que me saludan, las que me llevan al limite con cada roce.
Esos labios, que sellan cada palabra, tanto tuyas como mías, los dos siempre callamos, ya sea por miedo o por respeto a la fragilidad del otro.
Quiero tenerte en mi regazo nuevamente y acariciar tu cabeza, sentir tu calor y escuchar atentamente cada palabra sin aliento que sale de tu alma. Esa alma que gracias a tu entrega pude conocer, de la cual siento una gran gratitud, un enorme cariño y quizás en algún momento amor...
Ese amor dolido por las vivencias del hombre, de este hombre que como yo ha aprendido a ponerse de pie nuevamente y tratar de contemplar el pasado como un viejo recuerdo. A pesar de que este viejo recuerdo en algunas ocasiones, nos desaliente, nos haga dudar de nuestras decisiones, nos haga ser cautelosos, tímidos y egoístas.
No sé, si sentirme egoísta por querer cuidarte y quererte sin importar tu miedo o por no querer caer en estas redes, tejidas con tu piel.
Quiero caminar por el centro de la ciudad en la madrugada y reencontrarte a la vuelta de alguna esquina y seguir caminando, pero acompañada por tus pasos, por tu silencio, por tu respiración, la cual recuerdo con los ojos cerrados en silencio, en alguna habitación cerrada.
La luna me parece cada vez mas azulada, más grande y hermosamente solitaria. Las estrellas cada vez titilan con menos fuerza, hasta volverse estáticas y la ciudad cada vez se vuelve mas sigilosa al saber que nuevamente me dispongo a escribir, en estas hojas sin color alguno, sin sentimiento alguno. Pero que con estas palabras que caprichosamente ordeno, pueden llegar a cobrar vida y generar alguna sensación indescriptible. La cual queda impregnada en mi, hasta cuando me duermo pensando en que estoy satisfecha de lo escrito, con lo describido y lo suspirado.
Deseo con muchas ganas seas digno de estas palabras y si sientes que no lo eres, lo eres para mi, con el sólo hecho de ser tu, la causa de inspiración. Por la cual me desvelo por las noches.
Como quisiera que esta esperanza, la que escondo muy profundo dentro de mis pensamientos, pudiera convertirse en una constante entre nosotros. Y al fin poder dejarnos llevar, sin que nos frene la cordura, la cual siento, muchas veces nos aleja y nos niega la oportunidad de tener más noches silenciosas, más miradas encontradas, mas sonrisas nerviosas y más palabras sin sonido alguno, ya que sólo con mirarnos a los ojos nos decimos absolutamente todo.
Lo sé y lo sabes.
Y gracias por hacer darme cuenta, que mi corazón aún puede sentir, a pesar del miedo.
4:30 am.
Soundtrack
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