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viernes, 5 de abril de 2019

Cuando me olvido...



Mucho tiempo sin escribir una sola linea...
Mucho tiempo en que no me dejaba llevar y abría mi corazón en palabras tangibles. Y no sólo pensamientos que se llevaría el viento.

He muerto en muchas ocasiones, presa del miedo, la pena y la frustración.
La incertidumbre acompaña cada uno de mis pasos. Me siento débil y poderosa a la vez.
El nudo en la garganta se hace notar, y las lágrimas no caen. 

Quisiera convertirme en río. 
Llorar un océano entero, amargo, turbulento. Desesperado por crear tormentas y grandes marejadas,
destruyendo todo lo que se sumerja en el. 

Para luego vacilar suave, ligero.
Danzando con el viento. En una danza gélida, al filo de la muerte. 

Me he perdido en el desconcierto de las decisiones pasadas. En el olvido de lo que alguna ves fui. Aferrándome a que en algún momento podré salir a flote entre tanta tempestad. 

Mi corazón grita desgarradamente, con la esperanza de que alguien lo oiga y lo arrastre hacia la orilla. Se retuerce a cada instante, ahogandose y desvaneciendo con cada va y ven de los segundos que no se detienen. 

Maldito este tiempo que avanza, sin medir las consecuencias de su veloz andar.
Maldito el tiempo que no siente, no piensa y no ve el sufrimiento que siento.
Malditas las circunstancias del pasado, de la infancia, de la adolescencia y de mi presente.

Algún día seré agua de río. Que corre por llegar al océano, esperando ver el sol asomarce entre las nubes. Y dar vida. 

                                                                             Soundtrack