Nada es al azar. Y creo que esta idea es reveladora. Tal vez mañana sea mi día. Lo quiero. Ya las pastillas no hacen efecto. El psiquiatra cada vez me da más. Me ausento de mis sesiones de terapia. No puedo salir de casa ni para ver quien llama a la puerta...
Sueño con un aborto. El mio. La sangre en mis manos y ese montón de carne que cae al desagüe. El dolor y sorpresa de que se acaba. Y de que no sabía lo que ocurría en mi hasta que murió.
Hija te adoro.
Mamá te agradezco.
Javier lo siento.
El resto no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario