Muchas veces trato de asimilar y comprender que y como es mi horizonte. Y en estas ocasiones, se me hace algo difícil, ya que no tengo la claridad exacta para definirlo.
Tengo muchas cosas en mente, muchas preocupaciones y esto no me ayuda para nada, en decidir cuál debe ser mi camino.
Odio esto, porque me hace sentir; inmadura, frágil e insegura de mis capacidades.
También está la desmotivación, que por algún motivo tocó mi puerta y ahora me es, muy difícil hacer que desaloje mi mente y mi cuerpo.
Todo esto genera en mí, una inestabilidad de proporciones y no solo racional, sino que, de igual manera afecta mis sentimientos. Soy tan sensible para mis cosas, que al más mínimo desequilibrio, quedo a la deriva, dentro de mis pensamientos, inquietudes y reflexiones.
Es increíble que a estas alturas, yo, sea tan inestable, se supone que con todo lo que me a tocado vivir, ya debería ser más decidida y tener más valor para mis cosas, pero aún me siento como presa, de entre los lobos, hambrientos por desgarrar cada parte de mi cuerpo.
Lo que puedo sacar en limpio de todo esto, es que por lo menos, tengo la capacidad de ver estas debilidades. Y de esta manera, (con un poco de perseverancia por parte mía), madurar al respecto y así mejorar, en estos aspectos que tanto me aquejan a la hora de ir a dormir.
Creo que este proceso interno se llama “madurar”. Espero que así sea.
Soundtrack
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