Tengo la sensación amarga, si otra vez la siento. En su momento creí haber tomado la decisión más sana, la que menos daño provocaría. Espero no haberme equivocado. Y es que en verdad te quiero y por lo mismo decidí alejarme. No olvido tus bromas llenas de ironía, tu forma de entregarte a ojos cerrados y el cómo me hiciste sentir que yo podía importarle a alguien.
Fue algo corto. Y siento que nunca nos dijimos lo que debíamos decir. Eso es lo que más me pesa. Quisiera verte de nuevo. Mirarte a tus lindos ojos y ver esa hermosa sonrisa que tienes y pedirte perdón. Siento que no fui buena contigo. Siento que me equivoqué. Siento que crees que soy mala y estúpidamente inmadura.
Pero aunque ni lo creas, me fue difícil alejarme de ti… No sabes cuánto. Y lo demás que ha ocurrido es parte del destino, no es algo que yo busqué.
Espero que el compañero que dejé a tu lado sea un muy buen amigo, espero que no me recuerdes con rabia, con desilusión. Deseo que algún día leas esto. Y que algún día pueda verte y abrazarte. Nunca quise un adiós, me habría gustado que hubiese sido un hasta pronto...
En verdad lo deseaba y sigo deseando aún.
Recuerda que siempre seré tu pernaza y que tú siempre serás ese gato mañoso al cual en verdad quiero…
Siempre estaré parra ti, sólo debes dar ese paso, o quizás dejarme darlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario